Siento que la vida va muy deprisa y que con ello, mis emociones fluyen en una velocidad peligrosa, en la que termino por darme cuenta que si no las dejo que salgan al exterior, comenzaran a hacer colapsar todo y mi cuerpo y toda mi alma, y es que estoy tan cansada de intentar ser más fuerte de lo que en realidad llego a sentirme.

Esta personalidad y esta forma de mí que me he construido, ha sido objeto de una idealización que es fuerte como roca, estable, equilibrada e incluso, el soporte necesario para otras personas, pero hoy es uno de esos días donde siento que lo que imagino de mí, se aleja peligrosamente de lo que verdaderamente soy, porque es uno de esos días donde me siento vulnerable y perdida.

El cansancio es real

Estoy cansada de tener que fingir que soy la mujer más fuerte e inquebrantable del mundo, porque sé que la realidad se aleja bastante a ello. Estoy cansada de sentir la necesidad de esconderme detrás de un escudo, porque necesito mantenerme a salvo a mí y a las personas que me rodean y dependen de mi fortaleza.

Estoy cansada de tener que fingir que la vida es otra, que no sufro, que no me guardo las cosas en lo más profundo de mi ser, que mi corazón no se rompe con constancia y que por más que finja fortaleza, me rompo de vez en cuando. Estoy cansada de esta realidad fingida y me doy cuenta que es mi cansancio es real, no una idealización que simplemente he querido construir.

No puedo guardar más

Cada vez que me abro al exterior como realmente soy, el destino, la vida o las personas me dejan muy claro que ese tipo de debilidad, solo te lastima, te hace dar cuenta que mientras más vulnerable te muestres, mayor serán los golpes y las estacas que recibirás directo al corazón. Quisiera que no fuese así.

Pero es que no puedo darme más, ya no puedo seguir reprimiendo cada sentimiento que me invade, no puedo dejar de sentir la angustia y el temor por tantas cosas que pasan en mi vida, ya no puedo ocultar más que me duelen las personas que me han fallado, que extraño a las personas que se han ido y que anhelo con locura conseguir personas con las que pueda ser yo misma.

No tengo que ser fuerte siempre

Y es que hoy me doy cuenta que no tengo que ser fuerte siempre, que la vida es una y que soy un ser humano, que mis sentimientos y emociones son totalmente normales, que puedo sentir miedo, amor, ira o incluso, sentir la más profunda tristeza. Yo no tengo que ser fuerte siempre, a pesar de que los demás me necesiten como escudo, la persona más importante en mi vida soy yo y me necesito siendo real.

Yo no tengo que ser fuerte siempre con respecto a nada, por ello entiendo que tengo que rodearme de personas con las que no necesite ser una roca siempre, con las que pueda quebrarme, abrirme y ser vulnerable de vez en cuando, sin que eso significa que corro riesgo. Yo solo tengo que ser yo misma.